Hubo una vez donde el transporte marítimo fue un medio de transporte libre de carbono, sin embargo, hoy en día, es el responsable de las emisiones que totalizan 139 millones de toneladas de CO2 anuales y de un porcentaje aún mayor de calentamiento global si incluimos el efecto de las emisiones del carbono negro.
El cambio climático nos puede llegar a afectar tanto como por ejemplo:
- Cambio de rutas, haciéndolas más complicadas debido al deshielo.
- Incremento de niveles del mar, por lo que peligraría las infraestructuras portuarias.
- Costes adicionales no planificados, para la reparación de las instalaciones.
- La demanda del transporte disminuirá.
Y a pesar de que no tengamos que volver a izar las velas como antiguamente, quedan otros remedios que las navieras con las que trabajamos están aplicando, como, por ejemplo:
- Se ha incorporado el Hydrogen Council, una iniciativa para que el hidrogeno pueda sustituir al carburante tan contaminante de los buques.
- Otras navieras, adoptan una política interna sobre reciclaje de buques, estipulando que las naves que no fueran más necesarias, debían ser recicladas de forma segura y respetuosa con el medio ambiente.
- Existen modelos de contenedores refrigerados con materiales ligeros, como el aluminio, reduciendo el peso, y por ello el consumo de combustible del barco.
- La OMI (Organización Marítima Internacional) estudia reducir la velocidad de los buques.
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